Aquí nuestra Congregación se volvió semilla para el mundo. Con las primeras obras educativas y misioneras ayudamos a la niñez y juventud de la época.

Desde el año de 1962 hemos creado una relación entrañable con el pueblo peruano. Actualmente nuestras obras educativas se encuentran en Chacaclayo, Talara y Puerto Bermúdez. También contamos con obras sociales y misioneras en Piura y Huancabamba, para ofrecer la formación en valores y el apoyo integral que nos permite estar con los más necesitados del mundo. Perú es también tierra de vocaciones franciscanas.

En 1888 a sus costas llegaban por primera vez siete religiosas suizas, entre ellas, la Beata Madre Caridad Brader, nuestra fundadora, atendiendo el llamado que dio origen a nuestra Congregación. La intensa labor de aquellos años adelantada por las religiosas, sentó fuertes raíces. Hoy nuestros colegios, obras sociales y misioneras acogen a muchos niños, niñas, adolescentes y familias del Norte y Sur del país.

Reconocido no solo por su belleza natural sino también por su cultura, nuestra Congregación hace presencia en este hermoso país, aproximadamente, desde el año 1960 a través de la pastoral educativa. En las ciudades de Moravia (Provincia de San José) y Grecia (Provincia de Alajuela); se ubican nuestros colegios que promueven el desarrollo de la niñez y la juventud, desde los valores cristianos.

Nuestro apostolado

El 28 de mayo de 1920 llegó a Panamá la Madre Caridad, para fundar en la capital panameña, uno de nuestros colegios. Actualmente, en este país también contamos con obras sociales y misioneras en ciudades como David, Cermeño y Colón Kuna Yala, desde donde acompañamos a comunidades nativas y locales, para revitalizar el amor cristiano, vivir la hermandad y entregar lo mejor por el bien comunitario..

En los municipios de Ciudad Delgado y San Pablo de Tapachico se encuentran nuestras obras sociales y misioneras, que llegan a las poblaciones y comunidades históricamente afectadas por diferentes problemáticas, o que requieren un acompañamiento que los lleve a hacer realidad el proyecto de Dios en sus vidas. Familias, niños, y jóvenes, reciben en nuestros hogares atención, apoyo, catequesis y guía espiritual..

Sacapulas, es un municipio que fue declarado el 24 de abril de 1931, como monumento nacional precolombino de Guatemala y es considerado como uno de los principales localidades de la comunidad K’iche’. Nuestra Congregación hace presencia desde 1990, para brindar los servicios pastorales a la población y a las comunidades indígenas, con quienes compartimos su historia ancestral y el mensaje de Cristo en este hermoso país.

Olancho es el departamento más extenso de este país, una tierra rica en paisajes naturales, legado arqueológico y tradiciones. En esta región acompañamos a su población mediante la misión pastoral que adelantamos en el municipio de San Esteban, bajo la bendición de la Patrona de Honduras, Nuestra Señora de Suyapa

En el Norte de Nicaragua está la hermosa “Ciudad Dorada”, Siuna, desde donde nuestra Congregación comparte la espiritualidad de nuestra fundadora a través de la labor educativa en el Instituto Parroquial San Francisco de Asís.

El problema social de la frontera mexicana agravado por la comunidad migrante que llega en busca de una mejor vida, es el llamado al que como Franciscanas de María Inmaculada, acudimos para llegar con el mensaje del Evangelio, que está presente en las situaciones actuales que hacen parte de la realidad de familias y comunidades, que necesitan nuestro del compromiso y servicio social al que estamos llamados todos como Iglesia.

Desde 1932 presentes en Norteamérica, nuestra primera fundación fue el convento de Saint Francis en Amarillo, Texas. En 1935, la Madre Caridad Brader, a sus 75 años, viajó a esta ciudad para mirar cómo sus franciscanas trabajaban por la extensión del Reino de Dios. Actualmente, además de esta obra, también apoyamos la labor educativa en Los Ángeles (California) y el apostolado misionero de Fort Mayers (La Florida).

Nuestra obra social en Segovia, España, está dedicada a la atención de las personas mayores, entregando cariño, atención y todos los cuidados que requieren en esta etapa de la vida, con un alto sentido humano y espiritual franciscana que abraza a quien más lo necesita.

En la tierra natal de nuestra fundadora, acompañamos a la población de Oberriet, a través de la labor misionera que llevamos desde hace más de 50 años. Nuestra obra se dedica principalmente a la atención y cuidado de las personas mayores, también a apoyar la labor pastoral de la parroquia y atendiendo a la comunidad para compartir con ellos el carisma franciscano.

La semilla misionera de amor y entrega por los necesitados, heredada por nuestra fundadora, crece en el continente africano. Estamos con la población de #Parakou, República de Benín. A través del servicio educativo para la población infantil, acompañamos a las comunidades. Así mismo contamos con nuestra casa de formación donde las nuevas vocaciones africanas se forman para servir a Dios y la extensión de su Reino.